Permanecen
cerradas las puertas azules del batán,
Bajo el
puente,
un remanso de
agua,
ya sin
fuerza,
desdibuja
entre malezas los colores.
Se detiene el
tiempo entre silencios,
solo una
silueta rompe el quieto día
y en el
recuerdo quedan
las horas de
sudores y trabajos
entre el olor
de la lana y de los tintes,
el sonar del
agua y de la maza.
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