Hacía tiempo que no me sentaba tras la ventana a contemplar la lluvia, siempre corriendo, siempre con tantas cosas entre las manos… Pero hoy he sentido la necesidad de hacerlo, de tomarme un respiro en estos días de campaña, con la casa en el silencio apenas roto por el eco exterior de una tormenta casi de verano, el goteo de la lluvia sobre el forjado del balcón y, de vez en cuando, el chapoteo de algún coche cruzando la calzada.
Aunque oscureció la tarde, no la siento tan triste como apenas hace unas semanas. Hay algo en el ambiente que habla de un próximo verano. Tal vez la luz reflejándose en los tejados, el verdor de las hojas de los árboles o, quizá, el recuerdo de los chillidos de los vencejos escuchados esta misma tarde.
Repentinamente me ha venido a la mente uno de tantos refranes trabajados estos años con la gente mayor de nuestros pueblos. Ese de “agua de por mayo, pan para todo el año”, y ese otro de “siempre que llovió, escampó”. Y he sonreído pensando que sin duda este va a ser el futuro que le espera a esta aventura política en la que me he metido (al menos ese en mi deseo, nuestro deseo). Una campaña de seriedad y de ilusión basada en los hechos propios y no en los descréditos ajenos, en un proyecto de futuro real y no en vanas humaredas.
Estos días me he cruzado con gente que ha intentado retirarme el saludo, como consecuencia de mi posicionamiento político, ¡cómo si éste no hubiera estado claro a lo largo de toda mi vida! Pero lejos de ofenderme solo han conseguido robarme una sonrisa mientras pensaba en lo absurdas que nos mostramos a veces las personas. Como si el hecho de ir en una u otra lista cambiase de un plumazo, y en apenas un instante, lo que cada uno demuestra ser a lo largo de sus actos cotidianos. Como si tomar la decisión de implicarse directamente en una política municipal con la que se lleva años colaborando fuese a colocarnos en una situación diferente, con quién sabe que ¿¿¿nefastas??? consecuencias para los demás. Claro que ya dice otro viejo refrán
“se cree el ladrón que todos son de su condición”
Y concluyo estas líneas diciendo que ¡hay que ver las cosas que acaba una pensando mientras contempla la lluvia en una tarde de tormenta casi veraniega! Y es que el pensamiento, como la imaginación, no tiene límites.
Me parece muy valiente en estos tiempos que corren meterse en política. En estos tiempos en lo que todo lo arreglamos por internet y bien sentaditos en casa aunque luego los problemas los solucionen los demas. En fin yo quiero pensar que quedan personas con ilusión que se preocupan de a todo nos vaya mejor. Yo soy de las que piensa que " a quien buen árbol se arrima buena sombra le cobija" y a mi me gusta vuestra sombra y espero que me cobije los próximos 4 años.
ResponderEliminarSuerte y tienes mi apoyo.