
En esta
ocasión, la velada, organizada desde la Asociación Musas (Mujeres de Astorga y
comarca) bajo el sugerente título “Engarzando versos” tenía como motivo
fundamental acercarnos su último poemario
“Ese inmenso amor… que duele
tanto”.
Es este el
undécimo libro que Carmen Martínez nos regala. Sin duda el más maduro de todos
ellos, el más depurado, el más evolucionado. Un libro con el que quiso poner
fin a una dura etapa de su vida y que transita fundamentalmente por las sendas
del dolor, aunque también aparezcan en el mismo el resquicio de la esperanza. Y es
que según palabras de la propia Carmen “Yo la felicidad, la vivo. El dolor, lo
escribo”.

Así es como
se siente esta última obra de Carmen Martínez, una obra doliente que va más
allá del dolor propio porque en sus palabras somos capaces de sentir ese dolor
que, alguna vez, todos hemos llevado dentro y ante el que, en ocasiones, hemos
tenido que claudicar. Solo hay que leer su poema “Amarrar la impaciencia” para
comprobarlo.
Hoy toca
encerrar la ira
y
disfrazarla de templanza.
Hoy toca
sujetar los caballos de la impaciencia
y
mentirte con excusas excusando
a quien no cumple sus promesas.
Hoy toca
trocear la prisa y congelarla en pedacitos,
transformándola en laxa espera.
Hoy
toca
amarrar lo que no entiendo,
tolerar lo que no tolero,
comprender lo
que no comprendo.
Hoy toca
claudicar.
En otras
ocasiones algunos de sus poemas son puros pensamientos, reflexiones íntimas que
nos llegan como “fogonazos” de lo que el paso de la vida nos va dejando a cada
paso, como nos lo cuenta en el poema que comienza con ese mismo título
“Fogonazos”.
Hay algunas cosas que
quisiera
aprender
para dejar de sufrir.
Y otras muchas que quisiera
olvidar
para no sufrir tanto.

El acto poético concluyó
con la intervención de un importante número de asistentes al recital, en una
generosa invitación de la escritora a compartir sus versos que dejó a
disposición del público al comienzo del acto, “porque no hay mayor regalo para el poeta que
oír sus palabras en la voz de otros”.
Este pasado
viernes, en Astorga, fue el tiempo de la voz de Carmen Martínez. De su voz y su
poesía. Ojalá muy pronto (en ello trabajamos) podamos escucharla también en
este León nuestro. Merecerá la pena.
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De izda a dcha: Mercedes G. Rojo, Carmen Martínez (la autora), Chayo Roíg (presidenta de MUSAS) y Marián Fuertes (presentadora del acto) |
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