lunes, 19 de septiembre de 2016

BOSQUES 2016, de Juan Rafael. Impresiones de una espectadora. Por Mercedes G. Rojo.




Ahora que ya la luz va anticipando el otoño y los bosques comienzan a reforzar sus cromatismos ofreciéndonos un paisaje infinito donde lo sensorial se hace presente, es un buen momento para acercarse hasta la galería Ármaga, de León, y dejarse imbuir por las atmósferas tan diferentes en las que los lienzos de Juan Rafael, (Rafa para los amigos) nos sumergen. BOSQUES ficticios (o no) en los que las sensaciones y las emociones se hacen realidad a través del complejo trabajo que Rafa deja en cada una de sus piezas.
BOSQUES se titula la muestra y, efectivamente, una importante variedad de bosques diferentes nos recibe, consiguiendo atrapar no solo nuestra mirada. Como el bosque real que logra transportarnos a mundos diferentes según nos enfrentemos a él en una clara mañana de verano o con la luz difusa de un día nebuloso, incluso si en él nos sorprenden las sombras de la noche, así nos atrapan las distintas interpretaciones del mismo realizadas por Juan Rafael que, sin duda, llevan su marca, aunque ahora el motivo escogido para trabajar sea bien distinto a los anteriores.
Sin entrar en la técnica utilizada, perfectamente contada en el artículo de Eloísa Otero para Tam Tam Press, he de decir que los nuevos lienzos que Rafa nos muestra ahora en Ármaga, producen  (así me sucede a mí, al menos) la necesidad de disfrutarlos despacio, de situarse con calma frente a ellos y observar cada uno de sus detalles, intentando descubrir la vida que se esconde tras sus pinceladas. Porque  esa es la sensación que producen, la de vidas que se esconden tras los troncos y el follaje. En esta colección está representada toda la gama cromática que un bosque puede ofrecernos, de las primeras luces del día hasta la noche. Y también la que se produce con el paso de las estaciones, y la sentida en nuestra alma en función de nuestros propios estados de ánimo. Pudiera decirse que en cada uno de esos bosques se narra una historia y en algunos de ellos parecen incluso intuirse las almas inquietas que los pueblan.
Dice Juan Rafael de sus “Bosques” que no existe en ellos más figuración que la figuración de una serie de mentiras  que acaban componiendo una abstracción, abstracción que, sin embargo, el espectador sí llega a  presentir como una realidad palpable, un juego de colores y texturas que nos lleva a pensar y sentir como en esos bosques reales en que todo se confunde bajo las luces y las sombras creando atmósferas diferentes que nos impulsan  más allá de la realidad común.
Es, por tanto, esta muestra de Juan Rafael una muestra para sentir, para dejarse llevar, para dejarse impresionar y disfrutar con ella de todo lo que puede despertarte.  “Poesía”  tras los pinceles, pudiera decirse.

En Galería Ármaga, hasta el 7 de octubre. 

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