sábado, 11 de junio de 2016

"Caracolas en el pulso", el regalo poético de Manuel Ferrero.

Ser una gota
es llevar el mar dentro.
Ser un pájaro
es reflejar el cielo.
Ser silencia
es saber oírlo todo.
Ser una piedra
es latir lentamente
¿Ves la montaña 
en el corazón 
de un tierno guijarro? 
Ser roble es
volverse nido, 
danzar de hojas 
y horizonte sabroso. 
ser caracola 
es bailar con las mareas
sin perder el centro. 
Ser poeta es la blancura 
que comprende lo negro...
Dicho de otro modo: 
es el negro luminoso 
que aprendió a jugar. 

Con estos versos colocados en la solapa de la portada de su libro "Caracolas en el pulso",  nos recibe Manuel Ferrero en esta su primera publicación de poesía, una faceta literaria que no es la más conocida en su trayectoria, aquella con la inició sus andanzas en este campo de la escritura y que, tal vez, solo los más íntimos, aquellos que comenzaron con él su andadura, conocían. 
Para mí fue una grata sorpresa descubrir a través de ellos otro pedacito más de Manuel, de esa gran persona y estupendo escritor que - por casualidad - conocí un buen día y con quien he ido coincidiendo en muchos tramos del camino. Todo ello para descubrir lo mucho que tiene que aportar y lo más aún que comparte día a día en muchos ámbitos de su vida. 

En algunos de esos momentos hemos sido cómplices, como en aquel primer encuentro de "Artistas por un sueño" que organizamos juntos en Astorga, un encuentro de artistas para hacer realidad el sueño de otro artista, que participaba como uno más, poniendo en aquello toda su ilusión, sin saber que el sueño que intentamos hacer cumplir era el suyo. ¿Te acuerdas Fernando Gª Crespo? Así surgió tu primer libro de relatos "Ingenios y disparates", un hermoso libro en el que iba enredada también un pedacito de la generosidad de Manuel Ferrero.  Luego vendrían otros momentos. 

Manuel Ferrero es un profesional como la copa de un pino, y por ello ha aprendido a valorar su trabajo y a empeñarse en que también los demás lo valoren. El suyo y el de los demás. Mas luego está la otra faceta, la solidaria.  Y es que pocas personas tan generosas como él conozco, y más en este mundo de la literatura, o del arte en general, donde demasiadas veces los egos están a la orden del día, ocultando tras ellos el verdadero valor de un trabajo bien hecho.
Desde que lo conozco, el arte de Manuel, su fuerza creadora, siempre se ha abierto a la de los demás, acompasándose a ellos, abriendo puertas, creando espacios llenos de magia, como los surgidos en Astorga, en Castrillo de los Polvazares, y en tantos otros sitios. Aprendiendo a estar en cada uno de esos lugares en función de la realidad del momento. Por ello es muy difícil que nadie haga oídos sordos a su llamada.
Ahora, con este su primer poemario, Manuel Ferrero lo ha vuelto a hacer. Y en vez de abrirse al público lector en solitario, ha querido hacerlo rodeado de un montón de amigos y de amigas que, por supuesto , hemos contestado a su llamada. Una nómina de 46 poetas, han dado forma a la segunda parte de su "Caracolas en el pulso", una parte que él ha denominado como "La propina del mar. El crisol de soles". 46 nada menos, casi tantos como poemas suyos incluye en el libro.  Y lo hace introduciéndonos con palabras tan hermosas como éstas "Todos los seres nacieron del agua de los mares. Dentro de cada persona hay un bramido de océano. Nio entendería la gota de mar que soy, si no reconociera y admirase la maravilla que vive en los otros...". Y nos abre su propio espacio sin ponernos ningún tipo de condición, pidiéndonos como propina unos versos de nuestra propia elección. Una propina que le ha sido regalada sin pensarlo demasiado por algunos grandes de la poesía, por otros que lo somos menos e incluso por aquellos que nunca lo habían hecho publicamente y que a su llamada le han contestado con un sí, el mismo que él tiene siempre dispuesto en la boca y en su corazón.
La nómina de autores/as que acompañamos a Manuel Ferrero en esta aventura: Fernando H9oja de Roble, Ildefonso Rodríguez, ricardo Chao, José A. Mtnez. Reñones, Juan Carlos Mestre, Eduardo Méndez Marassa, Pedro Blas Soto Glez., Luis Mielgo, Víctor M. Díez, Rafael Saravia, Emma S. Varela, Rafael Uba, Asunción Carracedo Gómez, Alfonso Ferrero, Jorge Pascual, Abel Aparicio, Iván Trasgu, Eusebio Ruíz Martínez, Eloísa Otero, Valentín Villanueva Otero, Roberto Aller, Alfonso Salas, David Villota, Carlos Solito Trovador, Sergio Artero, Jesús Vidal, Fran Allegre, Rubén Mielgo, Laura G. Becares, José Luis Puerto, Elena Lafuente Alonso, Iván Martínez Lobo, alberto Flecha, Felipe Zapico Alonso, Daniel Collado Azorín, Paco Zen , Julia Conejo, José ángel, Rguez. Fdez., Mercedes G. Rojo, David Pérez, Raúl López López, Margoth Dinarte, Armando Gutiérrez, Miguel Suárez, José Manuel Donis y Nacho Abad (por eorden de aparición en el libro.)
Creo que no me equivoco mucho al decir que la propina es realmente para quienes hemos recibido la invitación a participar en esta nueva aventura de Manuel Ferrero, una aventura creadora en la que es muy importante la compañía plástica de Ana María Loreto (aNa), cuyas magníficas ilustraciones son una aportación poética más a este singular libro.


Caracolas en el pulso, es una nueva visión del escritor Manuel Ferrero, en la que él nos desnuda su alma a través de los versos, mostrándonos su comunión con la naturaleza y con el mundo, entre lo descarnado y la esperanza, en un grito personal en el que nos demuestra que aún se puede creer en el ser humano.
Un libro concebido como un regalo que no podemos dejar de recibir y de disfrutar a sorbitos.

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