Se
acerca el mes de marzo, mes para mí especialmente dedicado a visibilizar lo
femenino desde hace casi doce años. Apenas a unos días de comenzarlo, creo que
es el momento oportuno para hacer balance y recopilación de lo que llevo
haciendo en prensa ya hace tiempo. Hace poco más de dos años comenzaba en La Nueva Crónica de León una colaboración
en torno al perfil de las mujeres de la cultura en las que es necesario fijarse:
para saber que están ahí, para conocer lo que hacen, para mostrar su trabajo
igual que se hace con el resto de nuestros compañeros que siguen teniendo mucha
más visibilización que ellas. No se trata solamente de criterios de calidad,
porque “de todo hay en la viña del señor”
que diría el dicho popular, algo que en muchas ocasiones será el tiempo quien
lo decida, sino de oportunidades, de cederles un espacio para que se las
conozca a ellas y a sus obras. Y es que marcadas por el peso de unas costumbres
y unas tradiciones que seguimos arrastrando desde antaño, esos espacios
imprescindibles para conseguir muchas veces la visibilidad nos cuesta mucho más
trabajo caminarlos, atrapadas como estamos en otras cuestiones cotidianas que
no nos permiten estar tanto en lo visible.
Tras
mi primera colaboración con la serie Escritoras
Imprescindibles (ver el enlace que contiene todas las colaboraciones), ésta
se ha convertido (desde octubre de 2017) en semanal y ha encontrado su propio
espacio en las páginas de las sección Culturas de los martes, confianza que he
de agradecer. Desde entonces, no han sido pocas las felicitaciones que he
recibido por mi trabajo, aunque algunas de ellas han llegado acompañadas con un
“pero”, que en muchas ocasiones he intuido antes de que el mismo fuera
verbalizado: “…pero qué pena que solo escribas sobre mujeres”.
Pues sí,
ya que me han dado la oportunidad, en mi sección fija, solo escribo sobre
mujeres (hay otros momentos en los que “ellos” también han tenido su espacio):
mujeres escritoras, mujeres pintoras, mujeres escultoras, mujeres cineastas,…,
mujeres creadoras ligadas a nuestra provincia, que están haciendo un trabajo
magnífico y que pocas veces encuentran el mismo eco que sus compañeros
masculinos, porque – y créanme si les dijo que sé bien de lo que hablo- siguen
ocupando menos páginas, menos programas, menos atención que ellos.
Y por
ese motivo, porque soy mujer, porque soy creadora, porque he sufrido y sufro día
a día esa discriminación, porque creo en mí y creo en ellas, y porque tengo la
posibilidad y la capacidad para hacerlo, mientras lo siga considerando
necesario, seguiré escribiendo sobre ellas. Para que se conozca su presencia,
para que se conozca su obra, para que sirvan de ejemplo a generaciones
venideras de mujeres que han de saber que a pesar de lo duro que pueda resultar
¡sí es posible! Junto a ellas caminamos estos Senderos literarios, Senderos artísticos,
ahora ya caminos, a través de los cuales acercarnos un poco más a ellas.
Aquí dejo, para quien pueda interesar, el enlace a todos ellos. Porque siempre han estado, están y estarán. Porque en muchos casos merece la pena hacer una profunda revisión sobre su obra. Porque forman parte de nuestro hacer creador como escritoras, éstas son algunas de las mujeres ligadas al mundo literario de nuestra provincia. En un primer acercamiento a ellas.
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