Fruto de un desafío personal, de un juego, surgió este relato. Recibí a través de facebook el aviso. El plazo terminaba ese mismo día. Durante el resto del día, mi cabeza le dio vueltas a la idea. Horas después, apenas una hora antes de que el plazo se cerrase, el microrrelato salió rumbo a su destino.
Mi sorpresa fue observar que había entrado dentro de la selección escogida, dentro de los más de mil cien microrrelatos recibidos. Cuestión de suerte.
Desvanes, libros, recuerdos de niñez... Todo muy mío. Os lo dejo aquí. Espero que os guste.
LIBROS EN EL DESVÁN
Se refugió una vez más en el desván
que aprendió a compartir con su abuelo. Solo allí se sentía a salvo de los problemas que se
empeñaban en acuciarla. Se sentó en su rincón favorito y se rodeó de los libros
de su niñez, leyéndolos de nuevo, uno tras otro, mientras acariciaba sus
páginas con olor a infancia. Hasta quedarse dormida sobre ellos.
Cuando despertó su cuerpo había
penetrado en las páginas y su mente no recordaba ya quien era.
No se puede contar más con menos.
ResponderEliminarTe felicito, por la selección y por la creación.
Admiro a quienes, como tú, sois capaces de transmitir tantas sensaciones, contar una historia tan amplia con escasas pero muy buen escogidas palabras.
Gracias por regalárnoslo aquí.
Un abrazo
Con lectores como tú todo es fácil. Gracias, José Luis.
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