El segundo ejercicio del Taller de Escritura Creativa, celebrado el pasado viernes, tuvo también magníficos resultados. Recordamos que dicho día, un pequeño grupo nos dimos cita en el patio de la taberna cultural "El Trechuro" de
Castrillo de los Polvazares donde, por cerca de tres horas, jugamos y nos
divertimos con las palabras creando pequeños relatos en torno a diversos
estímulos.
Los resultados fueron muy satisfactorios y los voy a ir subiendo al blog poco a poco para disfrute general. Recordar, simplemente, que son ejercicios improvisados, pequeñas historias surgidas en apenas cinco o seis minutos de escritura. No hay corrección posterior.
Espero que los disfrutéis.2º Ejercicio individual: "Las ruinas".
Gonzalo Fernández de Paz. Premio
Categoría A. Rllye fotográfico "Tesoros escondidos".
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Escrito por Mónica (13 años)
Hace cien años una familia rica, mi familia, manda construir esta casa. Yo, Celia, veo como mis padres discuten con los arquitectos mientras mi hermano Sergio juega en el barro de cualquier rincón.
Me aburro, pero mis padres no quieren que salga de esta pequeña finca, me siguen tratando como si fuera una cría. Ya tengo 16 años. Estoy harta. Salgo corriendo y salto la valla de la finca. Nadie parece darse cuenta de que me voy. Me siento libre. Corro, salto, bailo. Nadie me detiene. Por primera vez en toda mi vida tengo libertad. Pasan las horas y sigo en el monte. Decido volver. Cundo estoy volviendo empiezo a oler a quemado. Mi sorpresa es que cuando llego la finca se estaba quemando. Veo a mis padres preocupados, buscándome.
Al llegar, mi madre me abraza llorando y me dice que si no me hubiera ido ahora mismo me estaría quemando. Mis ansias de libertad me habían salvado.
Escrito por Laura (11 años)
Mis amigos y yo estamos paseando por el pueblo. Nos metemos por un callejón y lo primero que vemos es una casa destrozada. No entra la curiosidad y nos ponemos a investigar. Vemos que había sido quemada, pero hace años.
Vamos a preguntarle al más anciano del pueblo. Tiene 98 años y nos dice que cuando él era un bebé recién nacido, hubo una gran tormenta. Había muchas nubes grises y negras, se escuchaban truenos y, muy cerca, caían rayos. La gente estaba asustada y de repente cayó un rayo justo en esa casita, dónde vivía una pequeña familia. Qué suerte que la familia se había ido a visitar a la madre de la mujer. Después de un rato salió un pequeño rayo de sol que iluminó aquella pequeña casita derruida.
Nos fuimos de su casa y decidimos intentar arreglar aquellas ruinas.
Escrito por Eco (13 años)
Había una vez un joven de diecisiete años. Un joven aburrido, en un pueblo aburrido, con cara aburrida. Se fue a dar un aburrido paseo, con su aburrido bastón y su aburrido perro. Se encontró una aburrida casa en ruinas, con una aburrida puerta. Derrumbó la puerta y encontró paja aburrida. Empezó a llover y el aburrido chico se refugió en esas ruinas aburridas.
De repente, por una aburrida ventana entró una chica con un gato. El chico se dio cuenta y pasó. La chica habló. Empezó a conversar y el chico pensó que esa chica no era tan aburrida, con su no tan aburrido vestido y no tan aburrido gato. Le preguntó aburridamente qué dónde vivía y la chica no aburrida dijo que allí mismo. Los días siguientes no fueron aburridos porque estaba la chica “imposiblemente” aburrida.
Al final, el chico ya no tan aburrido le pidió salir a la chica alegre. Lo que le dijo para declararse fue: “tú haces que este mundo no sea tan aburrido”.
Escrito por Oly (14 años)
Espero, sigo esperando a que la luz se apague para poder saciar mi ansia. Tengo mi cuchillo preparado y, por fin, se ha apagado. Me acerco lentamente y entro por la pequeña ventana que está abierta ¿Me esperará? Descarto la idea, camino despacio hacia el cuarto y abro la puerta. La miro, está totalmente dormida, cuando me quiero dar cuenta mi cuchillo ya la está atravesando. Abre mucho los ojos. Espero un grito, una patada, alguna señal de odio hacia mí, pero me desconcierto al ver que me sonríe. Sus ojos expresan alegría a pesar de que se le escapa la vida por la gran herida que tiene en el vientre, cuando por fin muere.
Siento algo que no había sentido antes ¿me siento culpable?
Escrito por Valseco
Llegaron a la aldea cargados de ilusiones. Se abría ante ellos una nueva vida llena de incertidumbres. Pero los anima su juventud y l posibilidad de hacerlo juntos, empujados por el amor que se tenían.
Poco a poco comenzaron a levantar su casa. Con ayuda de todos los vecinos. Y fue creciendo entre piedra y adobe. La primera para lo más noble. El adobe para la zona de labor. La tarea duró varios años. Y fue creciendo al ritmo que lo hacía su familia.
Pero un día llegó la guerra. Y la patria se llevó a todos los hombres de la casa. Ya hacía más de cien años. Se fueron tres y no volvió ninguno. Desde entonces ella se dejó morir y no permitió que nadie tocase nunca más ninguna de las piedras de la casa. Hasta que ella se fue definitivamente y la casa se arruinó por completo.
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