Astorga, 14 de agosto de 2015.
El pasado jueves 13, me
sorprendió desagradablemente un noticia sobre las fiestas de Astorga que me
transportó a aquellos tiempos de la posguerra en los que las mujeres
“españolas” habían perdido de un plumazo todos los derechos que tanto les
había costado conseguir y que llegaron – tras
una dura lucha – de la mano de la República y de mujeres que trabajaron por
ellos con convicción y denuedo, junto a algunos hombres a quienes no les daba
miedo que éstas estuvieran en igual de condiciones con ellos.
Mujeres como Clara Campoamor, María
Zambrano, Concepción Arenal,…, e incluso
Teresa de Cepeda (cuyo centenario se
celebra este año, tal vez olvidando esa faceta más social que en su día
conocimos en Astorga a través del homenaje de sus mujeres), y cuyos
esfuerzos y aportaciones hemos tratado de
dar a conocer en nuestro municipio de la mano de una concejalía que le
ha dado voz a las astorganas a través de
sus asociaciones. Por cierto, mujeres, y asociaciones incluso, de todo signo
ideológico. En los últimos años, desde el PSOE (o desde algunas de las personas que lo representan y que creemos
firmemente en los ideales de igualdad que este partido ha encarnado durante más
de 100 años), veníamos trabajando intensamente en nuestra ciudad por conseguir que esa realidad de igualdad
en todos los ámbitos fuera cada vez más efectiva.
Y en poco menos de dos meses
hemos visto una involución que ha supuesto un salto mortal hacia atrás, hacia
el pasado más oscuro. No es suficiente con que
- utilizando "escusas" peregrinas -
el actual equipo de gobierno haya decidido prescindir de su responsabilidad y
su apoyo para denunciar los asesinatos por violencia de género y todas las
circunstancias y consecuencias derivadas de esta situación. Ya no hay pancarta
en el ayuntamiento recordando lo que es una lacra para la sociedad, ni la
convocatoria de la Plataforma para los martes se puede hacer conjuntamente. No
basta. Era preciso ponernos la “puntilla” a las mujeres (nunca más propósito el símil
taurino) y humillarnos, apoyando oficialmente un espectáculo retrógrado que
con esta estrategia de marketing nos retrotrae más de 75 años en el tiempo.
No voy a meterme con el gusto
hacia un espectáculo que utiliza animales para diversión de quienes acuden al
mismo, pues este escrito se haría entonces demasiado largo. Pero permítanme que
sí lo haga con esa forma en la que nos lo ofrecen, encima, como si nos hicieran
un favor. Y es que digo yo que para celebrar un 25 aniversario habría formas
más adecuadas de mirar hacia el pasado que hacerlo de manera tan retrógrada. Y sobre todo si es con la insultante pretensión de hacerle un homenaje a la mujer española.
¿A qué mujer? Porque miro el cartel y no me reconozco.
Nunca me he puesto un traje de
faralaes (y eso pesar de vivir tres años en Andalucía), porque
no soy sevillana. No me gustan las corridas de toros (lo pude corroborar la primera y única vez en mi vida que, por
cortesía, acudí a ver una en directo. Nunca más), y jamás – ya desde adolescente – me ha gustado que
nadie me invitara a nada, ni que me
concedieran algo gratis por el hecho de ser mujer. Pero me siento tan española
como la que más. Porque soy española. Y por supuesto tan mujer, porque es lo que
soy. Lo mismo que lo fueron, y así se
sintieron, todas y cada una de esas españolas que durante generaciones han ido
aportando su granito de arena para conseguir que todas, sin excepción,
tuviéramos los mismos derechos que los hombres.
Ante una estrategia de marketing
tan burda e insultante como ésta, apoyada encima por un equipo de gobierno
municipal, ganas me dan de boicotear todas las actividades organizadas por
hombres, protagonizadas por hombres y que hablan de hombres. Claro que no voy a
hacerlo porque no voy a caer en su misma absurdidad. Pero sí me gustaría saber cuáles han sido los
motivos de un hombre joven como el concejal de fiestas para apoyar tan nefasta
campaña publicitaria ¿Y sus compañeras de equipo, no tienen nada que decir?
“Señoras, señoritas y menores de
8 años” con entrada gratuita ¿para adornar y rellenar un espectáculo en total
decadencia? Porque, eso sí, esa gratuidad será solo si son a acompañadas de
otra persona, hombre, naturalmente, que pague la entrada. Esta circunstancia
nos pone a las mujeres, como ya lo hacía la dictadura que durante tantos años
vivimos, a la altura de menores de edad que deben de ser tutelados en todo
momento. Me pregunto si el “homenaje a la mujer española” (para aquellas que accedan al chantaje y acudan a la plaza) nos depara alguna humillación más.
Un verdadero homenaje, señores (y señoras) del PP, sería la presencia en los actos culturales y
promocionales del municipio, de tantas mujeres artistas y profesionales de los
distintos campos, que tienen tanto y tan alto que decir. Y en el respeto diario
a las que están ejerciendo su profesión. También la política.
Por cierto que, cada martes en el
que tenemos que recordar a las mujeres que han sido asesinadas por esos
“machos” que también han pretendido tutelar cada momento de su vida, invitamos
a los hombres a acompañarnos, en un acto de denuncia, de sensibilización, de
concienciación y también de justicia social, para tratar de erradicar hasta el
más pequeño gesto (como el de la corrida)
que contribuya a consentir que el trato discriminatorio hacia la mujer siga
presente y acabe en ocasiones en actos tan violentos como los que denunciamos.
¡Ah, se me olvidaba! Y aquí no hace falta que vayan acompañados por ninguna
mujer que pague una entrada por “lucirlos” a su lado. El acceso es gratuito. Y
un deber moral, no un divertimento.
Mercedes G. Rojo.
Concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Astorga
Agente de Igualdad
Mujer, independiente, española y ciudadana del mundo.
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